Ciudades más seguras
sábado, 4 de enero de 2014
jueves, 2 de enero de 2014
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Río Cuarto, Córdoba, Argentina.
Sábado, 14 de Diciembre, 2013
Sábado, 14 de Diciembre, 2013
La exclusividad policial
Por Horacio A. French. Abogado. Analista en Seguridad Pública.
En el mes de marzo del año en curso, publiqué un artículo en este diario titulado “La mala praxis policial en Córdoba”. En él me referí a los graves problemas que aquejaban a la Policía de Córdoba y también a sus posibles derivaciones. Lamentablemente, el tiempo me dio la razón cuando exhibió su peor cara con la aparición de los recientes saqueos que asolaron a la ciudad de Córdoba. En aquella oportunidad hice mención al creciente número de suicidios que se venían produciendo en la fuerza; al sostenido aumento de la conflictividad familiar provocado por el exceso de trabajo y la falta de asistencia psicológica a los efectivos; a los magros sueldos que debían ser compensados con interminables horas extras, entre otros conflictos que se agudizaban día a día y se convertían en tapa de los diarios en forma cotidiana.
En los últimos años, la política de estado cordobesa en materia de seguridad, que llevó a cabo el ex ministro Paredes, consistió en lograr la “sustentabilidad de la Policía de Córdoba”. O sea una fuerza de seguridad del Estado provincial que se abastecería a sí misma para obrar con mayor autonomía y con menor control del poder político, lo que en la práctica significaba un verdadero disparate y una encubierta amenaza a los principios republicanos establecidos en nuestra Constitución Nacional.
En otras palabras, la gestión de Paredes profundizó el ejercicio de la exclusividad de la Policía en todo lo atinente a la seguridad pública. Exclusividad en la aplicación del Código de Faltas; exclusividad en el manejo de las agencias privadas de seguridad cuyos directores solo pueden ser policías u otros miembros de fuerzas afines pero no civiles; exclusividad en el control interno de la fuerza, a través de un Tribunal de Conducta Policial que funciona bajo la órbita de la propia Jefatura de Policía; exclusividad en el discrecional manejo de la enseñanza e incorporación de agentes, suboficiales y oficiales; exclusividad en el cursado de tecnicaturas en seguridad que les permite acceder a la Universidad en carreras específicas solo a policías; exclusividad en el gasto reservado fuera de los controles parlamentarios; exclusividad en la aplicación del secreto, con el fin de evitar cualquier exposición pública en materia de política recaudatoria referida a los adicionales policiales, estadísticas reales del delito, policía caminera; exclusividad en la persecución a la compra y venta de droga y trata de personas, “entre otras exclusividades”. O sea que la seguridad de los cordobeses se concentró en un monopolio de la cúpula policial, estirando día a día la brecha comunicacional con los cuadros medios y bajos.
Sólo un Gobierno valiente y con fuerte convicción política permitirá la construcción de una policía abierta, eficiente, disciplinada, bien paga, motivada para cumplir sus tareas, con férrea formación profesional, cercana a la ciudadanía. Recién cuando este paso esté logrado, estaremos en condiciones de enfrentar a la inseguridad ciudadana que crece sin cesar.
En los últimos años, la política de estado cordobesa en materia de seguridad, que llevó a cabo el ex ministro Paredes, consistió en lograr la “sustentabilidad de la Policía de Córdoba”. O sea una fuerza de seguridad del Estado provincial que se abastecería a sí misma para obrar con mayor autonomía y con menor control del poder político, lo que en la práctica significaba un verdadero disparate y una encubierta amenaza a los principios republicanos establecidos en nuestra Constitución Nacional.
En otras palabras, la gestión de Paredes profundizó el ejercicio de la exclusividad de la Policía en todo lo atinente a la seguridad pública. Exclusividad en la aplicación del Código de Faltas; exclusividad en el manejo de las agencias privadas de seguridad cuyos directores solo pueden ser policías u otros miembros de fuerzas afines pero no civiles; exclusividad en el control interno de la fuerza, a través de un Tribunal de Conducta Policial que funciona bajo la órbita de la propia Jefatura de Policía; exclusividad en el discrecional manejo de la enseñanza e incorporación de agentes, suboficiales y oficiales; exclusividad en el cursado de tecnicaturas en seguridad que les permite acceder a la Universidad en carreras específicas solo a policías; exclusividad en el gasto reservado fuera de los controles parlamentarios; exclusividad en la aplicación del secreto, con el fin de evitar cualquier exposición pública en materia de política recaudatoria referida a los adicionales policiales, estadísticas reales del delito, policía caminera; exclusividad en la persecución a la compra y venta de droga y trata de personas, “entre otras exclusividades”. O sea que la seguridad de los cordobeses se concentró en un monopolio de la cúpula policial, estirando día a día la brecha comunicacional con los cuadros medios y bajos.
Sólo un Gobierno valiente y con fuerte convicción política permitirá la construcción de una policía abierta, eficiente, disciplinada, bien paga, motivada para cumplir sus tareas, con férrea formación profesional, cercana a la ciudadanía. Recién cuando este paso esté logrado, estaremos en condiciones de enfrentar a la inseguridad ciudadana que crece sin cesar.
Editorial
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Horacio Alfredo French
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Cartas de Lector
martes, 25 de septiembre de 2012
El precio de la resistencia
Gentileza: Jesús Camacho
Un caso que dejó como saldo una pareja asesinada y un bebé huérfano conmueve a la comunidad venezolana de Carabobo y reabre el debate en torno a la resistencia frente a los secuestros y el uso de armas para defensa personal.
Los mejores amigos de la seguridad
Gentileza:
Jesús Camacho
Global Seguridad Consultores, C.A.
http://www.globalseguridad.com
Mi último libro
Reseña:
Servicios secretos en crisis, por Horacio A. French, El Emporio Ediciones, Córdoba, 2006, 128 páginas.
Servicios secretos en crisis, por Horacio A. French, El Emporio Ediciones, Córdoba, 2006, 128 páginas.
“¿Están decididos y preparados los servicios secretos de Latinoamérica para frustrar atentados, desarticular al crimen organizado, limpiar la Triple Frontera e impedir las nuevas modalidades del espionaje internacional? ¿O seguirán por el actual camino del derroche presupuestario, la burocracia, el espionaje político y la inutilidad de gran parte de sus actividades?” es el problema que dispara el ensayo de French.
El "Loco Barrera" estuvo en Argentina antes de ser detenido
El "Loco Barrera" quemaba sus manos para burlar la ley |
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